Le miro de arriba a abajo con la boca abierta,
sin poder evitarlo. ¿Cómo pueden parecerse tanto? El mismo pelo rizado y castaño,
los mismos ojos verdes, deben ser igual de altos y delgados, por no decir lo
guapo que son los dos…Cuando nuestras miradas se encuentran, él sonríe e incluso
eso, lo hace igual que Ismael. Una sonrisa que hasta hace poco, conseguía volverme
loca. ¿No podía parecerse a otra persona?
-Hola, Laura.
-¿Cómo sabes mi nombre? ¿Cómo has entrado a mi
casa? ¿Qué haces aquí?
-Vaya, que maleducada… ¿Ni un hola vas a
decirme? –Me mira divertido y sonríe pícaro.
-Cuando me contestes. –En cuanto le digo eso
la sonrisa se le borra del rostro, pero en apenas dos segundos vuelve a
tenerla.
-Vale...Empezaré yo. Por aquí todo aquel que
no viva en su propio mundo sabe cuál es tu nombre y he entrado por la ventana
trasera. –Su tono es de orgullo, como si pasar por una ventana fuera lo más
difícil a lo que te puedes enfrentar hoy en día. Por no hablar de cómo se ha
reído con lo de su propio mundo. Que gracioso… De verdad, acabo de librarme de
un tonto, no llevo ni un día aquí y ya tengo otro. Donde se habrá quedado mi
suerte…
-¿Por qué todo el mundo sabe mi nombre?
-¿No querías saber primero porque estoy aquí?
Todo a su tiempo…Estoy aquí porque me ha mandado mi tía para acabar con tu
soledad. Al parecer necesitas compañía. –No sé si es su tono de superioridad lo
que molesta o el simple hecho de que crean que saben lo que necesito, pero este
chico cada vez me cae peor. Y le conozco desde hace solo cinco minutos.
-No necesito ninguna compañía, ni nada en
realidad. Así que no te preocupes, puedes irte.
Veo en sus ojos que eso le ha hecho daño de
verdad, pero es que no puedo evitarlo.
-De acuerdo. Me voy. Adiós, Laura. -Cierra la
puerta y se va. Me quedo sola, con un sentimiento de culpabilidad que es cada
vez mayor. Salgo corriendo hacia la puerta para disculparme, cuando veo que
está delante de ella, con los brazos cruzados sobre el pecho y sonriendo. No se
ha ido. Solo ha hecho como si se fuera cerrando la puerta. Menudo idiota.
-Sabía que te arrepentirías.
Quiero decirle lo tonto que es, que quiero que
se vaya de mi casa, pero en su lugar, me río.
Me río porque llevo demasiado tiempo sin
hacerlo, porque no quiero causar problemas desde el primer día, porque estoy
harta de estar sola en un mundo desconocido y sobre todo, porque esto es algo
por lo que la antigua Laura, la que me han obligado a dejar atrás, se habría
reído.
Él se ríe también y se acerca a mí.
-Me llamo Ethan. Encantado.
-Lo mismo digo. ¿Tu tía es Alodia?
-Sí. Por parte de madre. Vivo con ella desde
que era muy pequeño. Cuando se enteró de que ibas a venir, me dijo que
estuviera contigo, que dejar atrás tu vida era muy duro y que acompañada sería
más fácil superarlo.
Al menos se preocupan por mí.
-Gracias.
-De nada. Y bueno, ¿quieres saber algo sobre
nuestro planeta? ¿O quieres descubrirlo tú sola?
-No, no, no. Cuéntamelo tú todo. Tengo mucho
tiempo libre, Alistar y tu tía se han ido por ahí sin darme ninguna explicación
así que…
-Entiendo… ¿quieres que nos vayamos a
investigar?
-Claro que sí. –Sonreímos los dos a la vez, él
con asombro, seguramente esperaría que le dijera que no. Sin coger ni una
mochila ni nada, nos vamos. Cierro la puerta y empezamos a andar.
-¿Adónde vas a llevarme?
-Lo primero, al sitio más famoso de la ciudad.
La escuela. Ahí todos los magos aprenden a formarse, desde que empiezan a
manifestar actitudes de mago hasta catorce años después. La edad más normal
para entrar es de los 7 a los 18 años, aunque tenemos casos que entran hasta
con 25 años, pero no es lo normal.
-¿Con cuántos años entraste?
-Con once. Todavía me queda mucho por delante.
-¿Y mientras esté aquí tendré que ir a esa
escuela? –Antes de contestar niega con la cabeza.
-No creo, pero esa decisión será de Alistar y
puede que de mi tía. Piensa que a lo mejor Meanet tiene espías. Tendrás que
permanecer escondida un tiempo. O eso o cambiar de aspecto…No sé. Ya lo
averiguarás esta noche.
Mientras hablamos hemos llegado a un edificio
muy alto, de color azul oscuro, con una puerta muy grande, en la que hay una
inscripción en una lengua que no entiendo.
Justo cuando vamos a entrar el suelo tiembla.
Antes de que me caiga, Ethan me sujeta.
Cuando para y me suelta, veo que está un poco
pálido.
-¿Qué ha sido eso?
-Un aviso. –Le miro sorprendida, pero antes de
que pueda preguntarle, me corta.
-No preguntes nada, tenemos que irnos a tu
casa. Alistar estará esperándote ya. Vamos, date prisa.
No entiendo nada de lo que está pasando, todas
las puertas y ventanas se han cerrado, no hay nadie por la calle y tampoco
puedo oír nada. De pronto, parece que estamos en una ciudad desierta.
Cuando llegamos a mi casa abro la puerta y
entramos los dos nos encontramos a Alistar y a Alodia en el salón, los dos con
aspecto preocupado.
-Alistar, ¿qué ha pasado? –Me miran los tres
sin saber muy bien que decirme. -¿Qué ha pasado?-Al final es Alistar quién me
contesta.
-Laura…Ese temblor solo ha sido un aviso.
-¿Un aviso de qué?- Sigo sin entender nada.
-De que Meanet ha vuelto. Está aquí.
una historia genial me tienes muy enganchado ^^ solo te voy a decir una cosa para mejorar. no es ni gramtica ni tonterias que lo tienes perfecto es un espcio entre dialogo y dialogo plisss
ResponderEliminarMuchaas graacias!:D me alegro un montooon ^^
EliminarYa...si es que no sé porque sale así, siempre sale mal...y eso que yo lo pongo bien...La próxima vez a ver si ya sale bien...
Un beeso y gracias por comeentar!
Ay me encanta es muy interesante, ¿habrá romance entre ellos dos?
ResponderEliminarY lo del aviso de Meanet, que por lo que he leído supongo que es el malo, también me parece muy intrigante, espero que puedas subir el próximo pronto, un beso^^.
http://ignisetgelu-ignis.blogspot.com.es/
Muchas gracias, me alegro un montón de que te haya gustado taanto .D lo malo es que leyendo lo que has leido te has perdido muchas cosas pero bueno jajaja si, Meanet es el malo :)
EliminarSi...yo también lo espero-.-"
Un beeso :)