viernes, 9 de marzo de 2012

CAPÍTULO 6 :)

Me hubiera quedado así con él para siempre. Era feliz. Más que nunca. Mis latidos cada vez se aceleraban más y era imposible quitar la sonrisa boba que se había adueñado de mi cara. Levanté la mirada y vi que el también sonreía. En ese momento y de forma muy inoportuna sonó su móvil. Nos separamos y antes de cogerlo volvió a besarme, esta vez en la frente.
-¿Sí?
No podía creer aún que fuera mi novio. Era mejor aún que en mis sueños. Era real. Y pensar que una semana o dos antes si me lo hubieran dicho me hubiera reído.
-Sí, esta conmigo. - Por lo poco que escuché me enteré de que estaba hablando con alguna de mis tres amigas de mí.
-Si si, tranquila. Esta perfectamente, te lo aseguro. Ahora vamos. Vale. Hasta ahora.
Colgó y mientras sonreía me cogió de la mano. Empezamos a andar en dirección a la entrada principal.
-Oye…esto… ¿Qué tal estoy?
-Preciosa, como siempre.
Me sonrojé en seguida y se echo a reír. Intenté bajar la mirada, pero me sujetó con dulzura la barbilla y me obligó a mirarle a los ojos.
-Lo digo en serio, Laura.
-Creo que qué seas mi novio influye un poco, ¿no?
Ambos nos reímos y cogiéndome por la cintura me volvió a besar. Todavía me costaba acostumbrarme a eso. Cada vez que sus labios estaban sobre los míos notaba como por todo mi cuerpo se estremecía y mi pulso se aceleraba.
-Uf. Es mejor de lo que esperaba. Bueno, entremos, no vaya a ser que me vuelvan a llamar.
-Sí, tienes razón. Pero espera…Solo uno más.
Sonrió y me hizo caso.
Al entrar Ana y María me abordaron con mil preguntas, pero solo Lucía se dio cuenta de que en ese momento no quería hablar. Miró a Alberto, me miró a mí…Y como esperaba, lo entendió todo.
-Bueno, bueno, chicas…Vamos a mi habitación las cuatro. Alberto, tú entra al salón. Laura tendrá que cambiarse.
La seguí la corriente y al subir a la habitación empezó el inevitable interrogatorio.
-¿Cómo ha sido? ¿Desde cuando te gusta? ¿Besa bien?
-¿Cómo? ¿Laura y Alberto están juntos?
-Parece mentira que no te hayas dado cuenta, Ana. ¿No has visto lo felices que estaban los dos al entrar?
-Es verdad. Estaba muy claro. - Uf. Que vergüenza estaba pasando. Me senté en la cama y al momento Lucía se sentó a un lado, Ana al otro y María en el suelo enfrente de mí.
-Bueno, ¡Cuenta!
-¿Qué queréis que os cuente?
-No sé… ¡Todo!
Se rieron las tres a la vez mientras yo me iba poniendo cada vez más y más roja. Uf.
-Bueno, dejarla hablar chicas.
-La verdad…Todo empezó hace no sé, tres días. Me pidió disculpas por haberse portado así conmigo y le dije que le perdonaba. Al día siguiente fuimos al cine por nuestros hermanos. Resulta que aunque yo no lo sabía Alberto es el hermano de Isa. Bueno sigo… Nada más entrar me puse nerviosa por estar con él. Fui al baño y me relajé un poco, aunque luego volvió a pasar lo mismo. Esta vez Alberto me siguió y nos sentamos en un banco los dos fuera. Cuando me encontré mejor entramos y ya no hablamos más. Cuando llegué a casa y me cambié recibí este mensaje y ya estuvimos hablando.
Cuando los leyeron entre empujones y lanzamientos de cojines para ver quién los leía primero, empezaron a gritar como locas. Ana empezó a cantar una cancioncilla que decía algo así como “Laura y Alberto se quieren, se dan un piquito bajo un arbolito…”
María hacía los coros y Lucía no dejaba de hacerme preguntas. Cuando se calmaron las tres continué hablando y hasta que terminé no me volvieron a interrumpir.
-Guau, Laura…Que calladito te lo tenías, ¿eh guapa?
-Bueno…No sabía que me estaba pasando, Lu. Además, tampoco he tenido tiempo.
-Sí, eso dices…Yo no me lo creo, ¿y vosotras chicas?
-¡¡Tampoco!!- Lo dijeron las dos a la vez y empezamos a reírnos. Las miré y no pude evitar sonreír. Ahí estaban ellas. Las mismas de siempre, con las que más locuras había hecho, con las que había vivido momentos buenos, aunque también malos. Mis inseparables. Esas personas que siempre me hacían sonreír. Eran increíbles.
-Bueno, Laura… Nos alegramos mucho por ti y por Alberto. Esperamos que duréis mucho.
-Muchas gracias. Sois las mejores.
-¡Claro! ¿Lo dudabas?
-No, pero cada vez soy más consciente.
Habían pasado ya cuatro años desde la primera vez que nos juntamos, y el tiempo solo había hecho más fuerte nuestra amistad.
-Mirad como se queda embobada Laura pensando en su Albertito. -Lucía y Ana empezaron a reírse tras el comentario de María mientras que yo volvía ponerme roja.
-Que tontas que sois ¿eh? No estaba pensando en él.
-Ah, ¿no? ¿Y en qué entonces? ¿En sus labios? ¿En su pelo? ¿En su sonrisa?
Volvieron a reírse las tres y las tiré todos los cojines que había encima de la cama. Aún así siguieron riéndose, incluso más. No tenían remedio. Aunque no importaba, intenté resistirme pero enseguida empecé a reírme yo también.
Después de muchas risas & lanzamientos de cojines bajamos al piso de abajo. La música había cambiado de estilo completamente, ahora sonaba Britney Spears. Baby one more time.
Todavía seguían bailando, aunque había gente sentada. Busqué con la mirada a Alberto. Cuando lo encontré estaba sentado junto a Javi, su mejor amigo. Al verme se levantó y vino hacia nosotras. Ana y María lo señalaron y soltaron unas risillas. Las miré, y se fueron las dos con los demás. Lucía se fue también, pero a la cocina. La comida empezaba a escasear.
-¡Hola! Has tardado mucho en bajar.
-Sí, ya sabes… Las chicas y sus preguntas.
-Sobre nosotros, ¿no?
-Si…Quieren saberlo todo.
-Bueno es normal. A todos les ha pillado un poco por sorpresa.
-A mí también, la verdad… -me miró divertido y pasó un brazo por mis hombros.
-¿Por qué?
-Por que me cuesta creer que me quieras.
-Bueno, podría decirse que no te quiero. Ya te lo he dicho, estoy enamorado de ti.
Vale. Decidido. Estaba loca él. Era como si algo dentro de mí hubiera explotado y se hubiera llenado todo mi cuerpo de mariposas que volaban desde mis pies hasta mi cabeza. Era lo más ceca de volar que había estado nunca, de hecho, la sensación seguramente sería la misma.
No pude evitarlo. Le besé. Aunque le pillé por sorpresa, enseguida me respondió con una gran intensidad. Estuvimos así durante un tiempo indefinido. No me di cuenta de que estábamos en el salón de Lucía delante de casi una veintena de personas. No importaba. Ahora mismo, el mundo estaba vacío para mí. Él era mi mundo. Cuando nos separamos sonreímos tontamente, aún bajo los efectos de ese beso increíble. No me atrevía a hablar no quería estropear el momento. Quité la mirada de sus ojos y le abracé. Era algo maravilloso. Me sentía tan bien, tan protegida. Y por el simple hecho de que él me abrazara. Creo que fue en ese momento cuando la gente se fijó en nosotros ya que empezaron a oírse algunas risitas.
Nos separamos y miré disimiladamente. No podía creerlo. 15 pares de ojos fijados en mí y en Alberto, todos con la misma expresión de sorpresa. Me puse roja y se oyeron algunas risitas. En ese momento apareció Lucía junto a Ana y entre las dos consiguieron que la gente dejara de mirarnos.
Cuando nos íbamos a marchar al jardín otra vez los dos mi móvil sonó.
“Welcome to my life”
-¡Hola, mamá! ¿Qué pasa?
-Hola. ¿Cuándo va a terminar la fiesta? Es para decirle a papá que vaya a por ti.
-No sé… ¿Qué hora es?
-La una y cuarto. No puedes quedarte mucho más, ya lo sabes.
Pff. No me quería ir. Pero la verdad es que tenía razón. No iba a tener a mi padre esperando hasta las tantas. Resignada, le contesté.
-De acuerdo. A la una y media, ¿vale?
-Vale. Adiós.
-Adiós.
Miré a Alberto con pena. Me daba rabia que un día tan perfecto se fuera a acabar.
Podría usar mi don para alargar este último cuarto de hora, pero me había prometido a mí misma no usarlo demasiado.
Entramos de nuevo a la casa de Lucía de la mano, andando despacio, como si el mero hecho de andar así fuera a alargar más el tiempo. Cogí mi bolso sin hacer demasiado ruido, me despedí de mis amigas y salimos afuera. Quedaban solo cinco minutos y sabiendo cómo era mi padre, dos o tres.
No quería irme. Le cogí de la mano y me apoyé en su hombro con pena y él me respondió con una suave apretón, como diciendo “yo tampoco”. Apenas habíamos llegado a la entrada cuando mi padre apareció. Como despedida me abrazó y me dio un beso un la mejilla. Todavía no sabía como reaccionaría mi padre, así que me alegré de que se hubiera dado cuenta de eso. Mientras iba al coche, me giré una última vez, nuestras miradas se encontraron y ambos sonreímos.

6 comentarios:

  1. K capitulo + xulo, kien pudiera ser Laura...
    jejeje

    ResponderEliminar
  2. Me parecen historias buenisimas, me encantaria poder cumplir mis sueños tambien como lo aces tu
    P.D: mi sueño es poder llegar a ser artista

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias almu:D
      No te creas, todo es ponerse :D
      los sueños estan para cumplirlos;)

      Eliminar
  3. Muy buen capítulo. Una historia con la que poco a poco conseguirás tu sueño.
    PDT Sergio

    ResponderEliminar